Entrevistamos a Alba Blanco que expondrá a partir del viernes 20 de abril la exposición fotográfica 'Mise en Abyme'.
Es la primera muestra que la artista expone en el municipio.
Dichos trabajos, en los cuales ha utilizado ténicas como la impresión láser en papel resina con revelado químico y telas, nos invita a reflexionar.

¿Qué le impulsó a ser fotógrafa?
Tal vez la magia del laboratorio; artistas que fueron mis profesores y amigos, como Isabel Garnelo o Adonis Escudero; la cámara que me regaló mi abuelo cuando era pequeña; el deseo de guardar el tiempo; el interés por los recuerdos.
¿cómo empezó y cuándo supo que la fotografía era su vocación?
Empecé a los 15 años con la cámara Zenit de mi hermano. El laboratorio me atrapó. Yo quería hacer cine; escribir guiones; tocar el piano; irme a Cracovia. Pero a los 20 años me di cuenta de que lo que más me interesaba era la luz, los recuerdos y encerrarme muchas horas con la ampliadora y los químicos.
¿Que haría para animar a otras personas a adentrarse en el mundo de la fotografía?
Lo que hago es hacer fotografías y enseñarlas. Y me apasiona ser profesora de fotografía. Ahora intento recuperarme de un bache que he sufrido recientemente, de manera que llevo meses sin pisar un aula. Pero cuando pienso en todos estos años, me doy cuenta de lo ilusionante que es para mí estar cerca de fotógrafos y fotógrafas que están empezando. Cuando me dicen que mis clases les han ayudado a amar la fotografía, o cuando mis alumnos y alumnas exponen o ganan premios, me siento tremendamente orgullosa.
¿La fotografía es para usted?
Necesaria.
¿Como definiría su obra?
A veces digo que es terapéutica. Para mí. Me ayuda a canalizar momentos difíciles y también momentos bellos. También diría que es un secreto. Hablo de mí, pero nunca queda claro del todo lo que estoy diciendo. También es un diálogo con las personas que quiero. Y también es como todas las fotografías: son muerte; la evidencia de una ausencia; siempre pasado.

Mise en Abyme...¿cual es su significado?,¿Que nos quiere transmitir?
Mise en Abyme, o puesta en abismo, es un proyecto que en principio hablaba sobre la belleza, que para mí son imágenes de recuerdos. Imágenes mentales que trataba de reconstruir por medio de fotografías. Esas imágenes tenían casi siempre un carácter cotidiano. Son objetos, como el brazo ortopédico de mi padre. A partir de ahí empecé a plantearme la cuestión del código de esas construcciones y la similitud con los bordados (algo también relacionado con mis recuerdos familiares). Porque los bordados son imágenes que tienen un proceso de elaboración, y un reverso, un código. De ahí el código alfanumérico que es el reverso de la fotografía. Y de ahí también "Mise en Abyme", una expresión francesa referida a la narración integrada en otra narración, y que deriva a la pintura, la fotografía, etc. Yo lo relaciono con la fotografía del reverso de un bordado donde se introduce el código de la fotografía, o con el bordado a partir de una fotografía del reverso de un bordado. Como si fueran espejos enfrentados que nos llevan al abismo.